jueves, 10 de julio de 2008

DEBATE: EN CONTRA DE LOS TRANSGÉNICOS

EN CONTRA DE LOS TRANSGÉNICOS

Se requiere extremada cautela

Diario El Comercio, Jueves 10 de julio de 2008
http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2008-07-10/se-requiere-extremada-cautela.html

Por Jorge Caillaux Z. Sociedad Peruana de Derecho Ambiental

Si se revisa la literatura especializada, se encontrará múltiples referencias a las ventajas y desventajas de los cultivos transgénicos u organismos genéticamente modificados.

Esta nota apunta a destacar por qué el Perú debiera tener extremada cautela con relación a sus políticas públicas y normas sobre estos productos y organismos, desde una nueva mirada sobre nuestra riquísima diversidad biológica y cultural. No entraremos a la discusión sobre su inocuidad, desde el punto de vista científico, ni sobre sus ventajas o desventajas tecnológicas en términos de innovación, sobre lo que tenemos una posición clara. Simplemente, se propone una mirada realista y audaz frente a un debate que recién empieza, a pesar de que la norma ya fue aprobada por el Gobierno, cambiando la política de Estado que se venía sosteniendo.

Habiendo dicho esto, consideramos que el Perú debe restringir el ingreso y propagación de cultivos transgénicos en el país por dos razones muy sencillas, pero de suma importancia comercial.

En primer lugar, en un futuro no muy lejano, serán escasos los países "libres de transgénicos" que puedan satisfacer las crecientes demandas que existen hoy en naciones como EE.UU. por productos orgánicos libres de pesticidas, de manipulaciones genéticas o dirigidos a mercados gourmet altamente especializados. Al respecto, este solo hecho significaría una inmejorable oportunidad para que el Perú, que cuenta con una reconocida diversidad biológica, pueda satisfacer estas demandas, mediante adecuadas políticas que incentiven este tipo de producción entre nuestros agricultores, especialmente en los pequeños. La idea es que los productos de exportación lleven el sello "libre de transgénicos".

El segundo punto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿En qué mercados globales tiene el Perú la capacidad de ser competitivo en cuanto a la producción de transgénicos? En ninguno. La realidad nos dice que nunca podremos llegar a competir con los grandes países productores de estos "commodities". Nuestro aporte, dentro de este escenario, será mínimo e insignificante. Más aun, dentro del llamado "boom agroexportador", muchos se preguntan si son necesarios los transgénicos. Nosotros creemos que no. El Perú puede sobrevivir y competir en mercados importantes, sin transgénicos, aprovechando su diversidad nativa y fortaleciendo la agricultura moderna e intensiva donde está teniendo éxito, por ejemplo en la costa. Pero, además, ofreciendo productos originarios andinos libres de transgénicos. No es admisible que intereses particulares que promueven el desarrollo de estos productos definan una política tan trascendente y riesgosa para un país que es origen de un sinnúmero de variedades vegetales. Vale la pena preguntarnos si estamos dispuestos a sacrificar nuestra biodiversidad para satisfacer esos intereses.

Finalmente, si la idea es promover la biotecnología (cuestión muy diferente a promover la importación y siembra de transgénicos), esta debería aplicarse de manera cuidadosa, en función de planes de desarrollo que articulen las necesidades de pequeños, medianos y grandes agricultores con relación a los mercados. Esta herramienta debe utilizarse en función a las necesidades nacionales, y no pensando en transformar las diferentes agriculturas en monocultivos, sistemas intensivos y homogéneos.

No podemos llamar a esto modernidad. La modernidad pasa por potenciar nuestra diversidad biológica y reconocerla como un elemento importante dentro de lo que significa nuestra identidad y realidad. Seamos claros, nuestra realidad nacional no es la realidad de la soya, el maíz o el algodón transgénico, sino la de la papa nativa, el yacón, la maca, el olluco, los camélidos, los frutos amazónicos, el agroecoturismo y nuestra reconocida gastronomía (que se basa en la biodiversidad y no en los transgénicos).

Si queremos innovar, salir del lugar común, destacar como país que respeta, promueve y genera riqueza a partir de su biodiversidad, seamos audaces y potenciemos nuestra ventajas comparativas y competitivas que sin duda supone decirle "no a los transgénicos".