Por: Denis Rojas, Director Ejecutivo, Asociación Civil Labor
http://www.labor.org.pe/oficina-lima/noticias/lima-noticias-01.php?kdigo=500
Quiero abordar dos temas relacionados, aparecidos en días recientes en la prensa nacional.
Primero el síndrome…
Hace poco el presidente Alan García empleó el refrán del “perro del hortelano” para referirse a la situación actual de muchas inversiones, supuestamente frustradas por la actividad de organizaciones ambientalistas impidiendo el desarrollo de sus localidades. Para ello, aplica este dicho popular como una ley que no acepta discusión –un hecho probado y comprobado que se cumple siempre– y, lo de mayor relevancia, ¿a quién no deja comer el perro? al hortelano, a su amo, y esa es probablemente la visión que tenga el presidente de la República sobre el resto de peruanos, vistos como súbditos de las empresas mineras, entre los cuales hay algunos fastidiosos, que no dejan actuar a su amo, sin reconocer que éste muchas veces se equivoca y actúa mal.
Por ejemplo, el presidente menciona el caso del Desarrollo en Ilo, y cita textualmente “… cuando voy a la ciudad de Ilo y veo su desarrollo urbano, que es el más avanzado del Perú, sé que es producto de la minería…”, así tergiversa la verdad, obviando la importancia que tuvo el gobierno local y la sociedad civil organizada durante los años ’80 y ’90 del siglo pasado, cuando palmo a palmo fueron construyendo la ciudad, con mínima o nula participación de la empresa Southern. En cambio, la población de Ilo es testigo de cómo durante mas de 50 años la empresa usa la infraestructura de la ciudad, y a cambio, sólo dispone escorias, gases y relaves en la atmósfera, mar y suelo de Ilo, lo que la hizo una de las ciudades más contaminadas del mundo, hasta que hace unos meses, la presión social, local e internacional, lograron que la empresa modernice la fundición que inauguró Alan García.
En cambio, el presidente es incapaz de reconocer que en el proceso de modernización de Ilo, como muchos reconocen, instituciones ambientalistas como Asociación Civil Labor, se constituyeron en actores del desarrollo, y al lado del gobierno local contribuyeron a hacer de Ilo una ciudad con ricas experiencias de gestión participativa y gestión ambiental, que ha servido y sirve de modelo a otras ciudades en el país y el mundo. En ese sentido, frente a un Estado que no exige responsabilidad a las empresas mineras, instituciones ambientalistas como la nuestra, promueven la adopción de políticas y prácticas de Responsabilidad Social en las empresas, en el Estado y en la sociedad civil, para que avancen en este lento traginar a cumplir con su rol de socios co-responsables del desarrollo local.
Luego la demencia…
Pero allí no acabó, Ernesto Bustamante, Decano Nacional del Colegio de Biólogos del Perú, en un artículo publicado el martes 20 en el diario El Comercio, pretende deslegitimar al CONAM, criticándola por contar con una representante de la Redes Ambientalistas, tildando injustamente a María Elena Foronda de “antidesarrollista”, “antiempresa” y hasta de “terrorista”… Lamentablemente, en esta campaña desatada por el gobierno, es así como definen a las organizaciones y líderes que se preocupan por lograr una gestión ambiental responsable, en el camino por alcanzar el desarrollo sostenible.
El señor Bustamante en su ataque, se escandaliza porque halla a los ambientalistas criticados por Alan García, en los propios organismos del Estado, deslegitimándolo por esta causa, mientras incluye a las ONG´s ambientalistas en el saco de la intransigencia y el radicalismo.
A pesar de los conflictos que vienen creando a lo largo del país, el gobierno persiste en su ciega y desesperada acción en defensa de la instalación de las mineras “a como dé lugar” y, para ello no le preocupa apelar a campañas contra las instituciones de la sociedad civil y sus representantes, desprestigiando hoy a los ambientalistas y ecologistas, como hicieron regímenes totalitarios anteriores con los políticos y sindicalistas, en su afán de destruir el tejido social, único capaz de dar soporte al desarrollo que necesita nuestra patria.